Recién entraba Juan a su hogar y Angie no dejándolo pasar de la puerta salió a su encuentro - Hola Amor, ¿como te fue en el trabajo?.
Juan solo pensaba en qué le habría pasado a Angie, porque ella no era así, no era de las que salía a recibirlo en la entrada de la puerta, siempre estaba en la casa a esas horas ocupada haciendo algo importante y Juan era quien se acercaba a ella para saludarla.
Juan extrañado responde - Pues… estoy muy bien. - y esperó un poco para formular la siguiente pregunta: - Mmm.. ¿Por qué has salido hoy a recibirme?, ¿No estabas ocupada?, ¿Pasó algo?
- No me ha pasado nada, ni ha pasado nada - hizo una pausa de unos segundos, tomó aire y prosiguió - Y si, estaba ocupada pero sentí que hoy debía hacerlo de esta manera, así que en el momento que escuché un carro en la puerta de entrada dejé lo que hacía para venir a recibirte.
Juan notó que en lo que decía Angie no todo era verdad por lo cual le preguntó - ¿En serio no te pasa nada? - Hizo una breve pausa y continuó - ¿No será acaso por lo del tatuaje de esta mañana?
Claro, la pregunta tenía sentido, porque antes que Juan saliera de la casa en la mañana habían tenido una conversación acerca de ello y además el mensaje que le acababa de llegar a Juan lo tenía un poco pensativo.
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No, no me pasa nada y ya que metes el tema… - Angie para disimular que todo era por ese tatuaje preguntó - ¿Qué ha pasado con el?, ¿Alguien más lo notó?, ¿Cómo te fue con los inversionistas?
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Pues en realidad nadie lo notó y aún continúa en mi brazo. Además, me fue muy bien con los inversionistas, 7 de los 8 han invertido en la empresa, eso me trae de buen ánimo.
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Que rico amor, definitivamente es una gran noticia, me alegra mucho tu logro de hoy.
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Gracias amor - Terminando con esta frase pasó al salón, prendió la televisión y se tiró en el sillón donde se quedó dormido.
Pasaron 50 minutos y sonó su móvil, rápidamente se despertó y lo cogió, otro mensaje del extraño número había llegado, “1 minuto para tu hora 15, pronto entenderás por qué tantos mensajes como éste”, el mensaje que más parecía un recordatorio de nuevo llegaba, poniendo su móvil en el bolsillo se levantó del sofá. Caminó 4 pasos al frente y notó que su brazo se iluminaba en el lugar en que se encontraba el tatuaje y seguido a esto, cayó en el piso como si se hubiera desmayado.
Al escuchar Angie el sonido de algo que había caído, entró rápidamente en el salón de TV y encontró a Juan tirado en el piso pero no pudo ver brillar su tatuaje porque ya se había apagado, de prisa reaccionó y desde el teléfono móvil marcó a urgencias del hospital más cercano.
- Buena noche, le hablamos del Hospital Stone, en que podemos ayudarle. Angie muy asustada sólo pudo decir - Ayuda, Ambulancia, Urgente. - Y colgó la llamada.
El hospital contaba con un sistema que en menos de 5 segundos podía calcular la dirección exacta del sitio de la llamada, que era el lapso de tiempo que demoraba el saludo de la operadora, por lo cual, había la tranquilidad que la ambulancia llegaría pronto.
En cuestión de 4 minutos de espera, la ambulancia había llegado a la entrada de la casa, pero este tiempo le había parecido una eternidad a Angie, porque cuando hay verdadero amor hace que los tiempos más largos se conviertan en los más cortos y los tiempos más cortos en los más largos.
Rápidamente sacaron a Juan en la ambulancia y lo comenzaron a trasladar al hospital, y en 3 minutos con 50 segundos estaban ingresando de urgencias, ¡Tiempo récord para el hospital!
Mientras el traslado, a Juan le salía un especie de baba blanca por la boca, era algo asqueroso y mientras ocurría eso, Juan ni siquiera podía mover su boca para decir algo.
Sin pensarlo, Juan había pasado a otro universo, ¡Si!, ¡Juan había viajado entre universos! y ahora se encontraba en una sala, en la cual había grandes estanterías con muchos libros en medio de ellas, poco a poco notó que era una biblioteca y se encontraba en el centro de ella.
Recorrió el gran lugar en el que se encontraba en ese momento, buscando alguna pista para saber dónde estaba o alguna forma para salir de allí, pero por desgracia para él, no encontró nada más que grandes estanterías que parecían edificios de 3 pisos llenos con libros, con una gran cantidad de libros de todos los autores existentes en el multiverso y en una cantidad sin fin de idiomas.
Pudo descifrar esto, porque en varios lugares de la biblioteca había grandes pendones colgando del techo en los cuales se podía leer en diferentes lenguas la palabra Multiverso seguida de un numero del 1 al 9, y en otros pendones dentro de la sección de cada estante, se destacaba la lengua en que estaban escritos los libros en esta subsección.
Este reconocimiento le llevó alrededor de 1 hora, hasta que se encontró de nuevo en la sala de estar que estaba en medio de esta gran biblioteca y en ella observó una mesita de centro en la cual pudo ver una tarjeta de presentación de color negro con letras de color dorado en todo el centro, en la cual se podía leer una frase simple, “Marca en tu móvil *23#” y debajo se notaba una firma “- V”.
En ese momento, Juan pensó que era una broma de mal gusto, pero aún así marcó en su móvil al número, en el cual se abrió un menú con una sola opción: “1. Aparecer”, marcó el número 1 y en ese momento apareció un humo denso en la habitación y en medio de él una luz de color azul.
El humo se disipó y apareció V, quien rápidamente se dirigió a él y le dijo - Bienvenido al primer universo de los 9 que hay en total - su dulce voz cautivó a Juan enseguida dejándolo atónito hasta que V le dirigió de nuevo la palabra - ¿Te pasa algo?, Siento que te he perdido - Juan rápidamente contesta - ¡NO!, No me ha pasado nada, solo que tu dulce voz y tu sonrisa me dejaron sin palabras - Mientras lo decía con una cara de cuando un hombre está enamorado de una mujer.
- Gracias, aunque necesito contarte algo en este momento, que es urgente - V cortó la conversación y Juan continuó - Creo que si, necesito saber que hago acá, he tenido un pésimo día y esto no es agradable para mi, esta mañana me apareció como un… - V le interrumpió y preguntó - ¿Un tatuaje?, ¿Una marca? - Juan con cara de extrañado se quedó callado y moviendo su cabeza de arriba a abajo asintió a la pregunta que le había acabado de hacer V.
V viendo lo que hacía Juan le continúa diciendo - Veo que no eres capaz ni de hablar, y si me dejas, te contaré todo en este preciso momento… - hizo una breve pausa como esperando la respuesta de Juan.
Juan seguía asintiendo con su cabeza moviéndola de arriba para abajo diciéndole de esta forma a V con su cabeza que si quería saberlo, aunque en su interior estaba asustado y el miedo no lo dejaba estar en paz.
V le dice muy seriamente - La hora 15 ha llegado y es algo que cambiará tu historia así que prepárate para la noticia que viene.
Mientras tanto, en el universo 2, Juan se encontraba desmayado y en el hospital. Habían pasado ya 15 minutos desde que se había desmayado y Angie su prometida se encontraba al lado de la cama donde recientemente lo habían acostado e intubado.
Se encontraba llorando porque sentía y pensaba que esta podría ser la última vez que lo tuviera vivo junto a ella porque Juan estaba pálido y se veía muy mal de salud. Y además, Angie sabía que ese día habían pasado varias cosas extrañas en su relación, y se culpaba por el estado de Juan.
El cuerpo del joven se sentía frío pero no muerto, aún la baba blanca caía por sus cachetes pálidos y Angie lloraba más aún.
Angie tomo su móvil y marcó a los padres de Juan para que la acompañarán. Con quienes Juan llevaban un buen tiempo sin verlos y esta vez la visita no sería muy agradable, más cuando debían conducir más de 2 horas para poderlo ver.
Después de unos segundos, del otro lado de la línea contestó una voz de un adulto mayor - Buenas noches, ¿En que puedo servirle? - ¡Era el padre de Juan!
- Hola Señor Juan, tenemos un problema con tu hijo, estamos en el hospital, se desmayó y esta inconsciente - Angie le decía al padre de Juan lentamente y preocupada - Pueden venir, estoy sola con él y no se que hacer - Hizo una breve pausa y comentó - Por cierto, Hospital Stone - Con esto terminó la llamada y colgó.
El padre de Juan sin dudar de lo que ella le decía por muy loco que le pareciera llamó a su esposa, tomó su auto y salieron inmediatamente en su coche con rumbo al hospital.